Los que tuvieran que datar la fecha de ayer según el calendario Gregoriano, que si no es mundial mucho menos universal, se darían cuenta de que la cifra resultante 22-02-2022 era capicúa y seguro que de gran interés cabalístico. No en vano una circunstancia idéntica a la actual no volverá a producirse hasta el 30-03-3003 fecha tan lejana que si bien nada es imposible en esta vida según el Matusalén de la biblia, es improbable que podamos disfrutarla los que vivimos la fecha de ayer. Tiempo al tiempo, de momento tendremos que conformarnos con la no tan improbable circunstancia de que algunos de los que hemos podido fechar dos años capicúas, 1991 y 2002, podamos fechar un tercero, 2112.
La superstición está presente en nuestra vida, porque forma parte de la educación recibida de nuestros mayores, del refranero, de los prejuicios, de la cultura popular.
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