domingo, 27 de diciembre de 2009

TEDIOSAS SOBREMESAS


26 de Diciembre de 1989
Cabaña de madera en una de las sierras cercanas a la ciudad. Vistas sobre un campo de golf. Diana y Jorge, sentados a un velador del porche acristalado, toman café. Se nota cierta tensión entre ellos, suavizada por el esfuerzo común de estar a gusto.

D: (Coge la cámara de fotos que reposa encima de la mesa) - Voy a sacar una última instantánea. Me encantan los crepúsculos invernales.
S: ¡Qué bonita frase, Di!
D: No te rías de mí. Casi no se ni lo que digo. Me agotan las comidas familiares navideñas. No sabes cuanto te agradezco que me hayas telefoneado rescatándome de la tediosa sobremesa. Ha sido la excusa perfecta.
J: No ha sido una excusa. Realmente tenía muchas ganas de verte.
D: Y yo, Jorge. En estos años no he conseguido alejarte de mi pensamiento ni un solo día.
J: Pero te casaste con Chusma, Di.
D: Fue un error, Jorge. No sabes lo pronto que me arrepentí.
J: ¿Qué quieres decir?
D: (Duda en hablar, pero es su amigo. ¿Quién mejor para escuchar sus confidencias?) - Me di cuenta la misma noche de bodas. Me contó todos sus planes, prácticamente me leyó la lista de deberes, lo que esperaba de mí... Su familia es del Opus.
J: Claro, ya lo sabía.
D: ¿De verdad? Yo ni siquiera lo sospechaba.
J: Debías de estar dormida.
D: Deslumbrada, Jorge. Fue una casualidad encontrarlo en Nueva York y me deslumbró la perspectiva del lujo y el glamour de una vida social diplomática en la gran manzana. Además él me prestaba toda la atención que necesitaba. Siempre me he sentido tan sola. A mi madre no la he visto nunca más que en vacaciones.¿Para que tuvo una hija, si no pensaba cuidarla? No ha sabido ni escucharme. Podría haberle anunciado que iba a suicidarme y me hubiera contestado “claro hija mía, pero pórtate bien”.
(Jorge ríe el chiste, pero sabe que algo de verdad hay en él. Besa a su amiga en una mano. Caricia de comprensión).
J: No te quejes, has tenido a tu abuela.
D: Pero siempre compartida. Después de la cultura y el arte, ahora le ha dado por la caridad. La han hecho directora honorífica de UNICEF en Huesca. No se pierde ninguna campaña. Cómo mi tía en Madrid. No contenta con ser diputada, ahora emprende campaña para la legalización del aborto... Estrella en Berlín, a lo suyo. Y Jaime sigue en Barcelona con su padre.
J: Di, deja ya de quejarte. Te aseguro que en todas partes cuecen habas. A mi me ha tocado ser el hermano mayor de una familia que se volcó en su hijo pequeño desde el día que nació.
(Fragmento de Juegos Fatuos", telenovela)

domingo, 22 de noviembre de 2009

AMIGO ENTRE NOVIAS


Él se acercó rodeandome a modo de sorpresa, acompañando su ¿qué tal? botellín en una mano para él, coca-cola en la otra para mi. Había sabido elegir su entrada y, aunque se evitaron obvios comentarios, fue fácil celebrar el retorno. Poco importan los reproches no dichos y si ya nada es lo mismo, ¿para qué recrear mediocres sentimientos?
Ella ni siquiera alargó su brazo para saludar mi espalda. Yo tampoco esperaba más, hace tiempo que conozco el valor de mi amistad en su escala de mezquindades.

lunes, 26 de octubre de 2009

Y VICEVERSA

¿De qué se puede hablar cuando te encuentras con un fantasma?

domingo, 11 de octubre de 2009

viernes, 9 de octubre de 2009

ECOS DE SOCIEDAD

¿Quién le iba a decir a Sunny Koffy que el día de su boda se iba a sentir tan humillada?
Y es que puede que aquí fuera una extranjera, pero en su país, Sunny era una diosa caribeña.
Haber conseguido una beca artística de cooperación internacional era un sueño hecho realidad.
Poder pintar libremente en aquella lujosa mansión del Valle del Sol junto a Isidro Langerak, un violinista eslavo, y Sam Sekemoto, un escritor japonés de novelas de ciencia ficción, eso ya era un regalo divino.
Y todo esto bajo el mecenazgo del millonario Gobias Koffi, su reciente marido.
Una boda de cuento de hadas que ni siquiera había podido interrumpir el incendio que se provocó en la barbacoa del jardín zen, justo en el momento en que ellos intercambiaban sus anillos.
Y en el día más mágico de su vida, Sunny iba a tener que soportar ver como el anciano rey con el que se acababa de casar, su idolatrado marido, ¿coqueteara con esa bruja de Morgana Wolf?
Para el Sun Valley Times, Agnes Culoprieto.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

HABLANDO CON LA CASA

(Algunas veces crear una obsesión positiva y fácilmente disociable de la realidad es el mejor antídoto contra la depresión.)
  Érase una vez una mujer que intentando sobrevivir a una vida de soledad sin ilusión, que no la llevaba más que a la más profunda tristeza, abandonó su hogar.
  Haciendo acopio de víveres, se encerró en la casa vacía de unos amigos que habían partido para unas largas vacaciones. Por su propio deseo no se lleva nada que pueda recordarle su pasado. Ni fotos, ni música, ni libros. 
 Los quehaceres cotidianos de su nueva vivienda entretenían su tiempo pero no llenaban su pensamiento, pronto la monotonía volvió a sumirla en la angustia. Desconectó televisión y teléfono. Decidió escuchar únicamente el silencio, permitir que los sonidos propios de si nueva casa invadieran su mente y acallaran su incesante y viciado pensamiento. 
 En primer lugar se evidenciaron los ruidos exteriores, los provenientes de la calle, que estaban presentes durante la mayor parte del día: el sonido de los motores de los coches y de las motos que hacían incluso temblar los cristales de las ventanas, las campanas de la iglesia cercana, obreros trabajando, rumor de voces, gritos aislados, aullar de sirenas, perros ladrando. 
 Por la noche el tráfico se amansaba, era entonces cuando emergían con mayor intensidad los sonidos interiores de la propia casa: el taconeo de la vecina del piso de arriba, puertas que se cerraban, el crujir de las paredes, el viento en las persianas, el correr del agua de las cisternas, toses en el baño. 
 Quizás fue la coincidencia de algún sonido con su pensamiento, lo que la llevó a imaginar que podía comunicarse con la casa. No estaba segura de si era ella la que necesitaba hablar aunque fuera con un ser inanimado, o era la casa la que tenía interés en contarle algo. ¡Qué más da una duda tan trivial cuando intentas librarte de la depresión!
 Poco a poco estableció con la vivienda un código de señales muy sencillo, un ruido aislado quería decir sí, dos seguidos querían decir no. Al principio no estaba demasiado atenta, pero las primeras casualidades la hicieron sonreír con ironía. Le resultaba curioso que cuando más necesitaba oír un sí, sonara una vez el claxon de un coche, o que cuando sus pensamientos la llevaban por el camino de la desesperación, uno doble le dijera no. 
 La mujer sabía que esta comunicación no era real, solo un sin sentido, un juego, pero era tan fácil seguirlo. Le empezó a resultar tan reconfortante que decidió continuar su conversación surrealista con la casa. Con el tiempo identificó nuevos mensajes, un sonido continuo estridente le decía que andaba perdida, que debía replantearse la dirección de sus pensamientos. Un sonido retumbante, como de redoble de tambores, le anunciaba una verdad, una idea clave que se avecina... 
 Su continua divagación conversando con la casa evolucionó de múltiples maneras, incluso llegaban a gastarse bromas, chispas de felicidad en el corazón de la mujer, que se sentía amada, importante. Su humor cambió. Empezó a sentirse con fuerzas para enfrentarse de nuevo a la vida diaria, pero todavía convalecía de su reciente depresión. Además, en ella se había despertado un gran interés por su relación con la casa. Aunque se reconocía agarrada a un clavo ardiendo, como un niño que ha creado un amigo imaginario para huir del miedo y la soledad, decidió quedarse unos días más. Sabía que no era más que una excusa para retardar su vuelta al mundo, pero se encontraba tan dolorida que necesitaba mimarse un poco más y lamer sus heridas. 
 Con sus escasos conocimientos científicos elaboró una teoría según la cual, aunque la comunicación con los seres inanimados es imposible para la mayoría de las personas, ella era una privilegiada capaz de traspasar los umbrales comunes de percepción. Sabía que los demás la llamarían loca, pero en todo caso era la locura que ella misma se había creado y no a la que se veía empujada por esa sociedad que tan hostil le resultaba. Sentirse especial, tan único y diferente como cada uno de nosotros somos en la vida. Imprescindibles e irrepetibles. 
 Ella había encontrado esperanza, su victoria personal. Con la serenidad del tahúr que esconde un comodín en la manga, abrió la puerta, salió a la calle y se dio cuenta de que toda la ciudad le hablaba.
(Cuento perteneciente a la colección "finales felices"

sábado, 15 de agosto de 2009

SODOMA - NAGASAKI

"Bombas reales", fotografía de María Estrada Mallén Escartín.
Vivimos en un época en la que todavía se celebra en la paz como se declara la guerra, utilizando las mismas armas.
Y a mi me viene a la memoria el paralelismo de estas cuatro ciudades, Sodoma - Gomorra, Hiroshima - Nagasaki, tristemente notorias y emparejadas en la historia por haber sufrido desgracias similares.
Las conclusiones podrían ser multiples y variadas, os invito a que las añadais como comentarios y anoto la primera:
-¿Qué tienen en común Dios y el tío Sam que ambos se permiten aniquilar ciudades enteras a golpes de bolas de fuego?

viernes, 7 de agosto de 2009

ALTERNANCIAS

(Video-clip realizado con ilustracones de la novela "Amanda Erosionada")

sábado, 1 de agosto de 2009

DESIDIA

El ácaro que vive en mi polvorienta repisa
sabe que me entretengo con cualquier tontería.

lunes, 27 de julio de 2009

GRIS


... Se entretuvo en observar el local desde esa posición poco habitual. Le gustaba mucho la cuidadosa decoración de “El Kibalion”. Era un bar que no le importaría tener. El atrezo recreaba con detalle el interior de un castillo medieval. El rincón donde ella se encontraba bien hubiera podido ser la capilla. Incluso tenía un pozo natural que estaba cubierto con un cristal que dejaba ver el interior. Amanda descubrió que en el dintel del arco sobre el pozo había una inscripción labrada directamente en la piedra. Se acercó para leerla. Se tuvo que agachar ligeramente porque la escasa luz no facilitaba la lectura. En esta posición estaba cuando Silvia la llamó desde la barra.
- ¿Lo de siempre?
Afirmó con la cabeza mientras volvía a su banqueta.
- Nunca había leído lo del arco. Está bien.
- Es un pensamiento hermético.
- ¿Quieres decir por cerrado? – no había entendido el comentario.
- No, por Hermes Trismegisto.
- ¿Por quién?
Amanda se creía medianamente culta, sin embargo no había oído ese nombre en su vida. Sonsacó a Silvia hasta que se informó lo suficiente como para comprender a grandes rasgos el concepto de su filosofía.
- Resumiendo “nada existe si no existe su contrario”. Para que exista el bien tiene que existir el mal.
- Pues yo no se si estoy muy de acuerdo.
- ¿Con qué no estás de acuerdo tú?
Virginia había llegado con un paquete que dejó sobre la barra. Le dio un cariñoso besó en los labios a Silvia, que empezó a desenvolver su cena. Se acercó una banqueta a la de Amanda, a la que saludó con un par de besazos.
- ¿Con qué no estabas de acuerdo? ¿Qué le preocupa a esta cabecita loca?
- No, nada. Hablábamos de filosofía. – le contestó señalando con la punta del pie el párrafo del Kibalion.
- Es una verdad como un templo.
- Yo no estoy segura.
- Hombre, está claro que conocemos lo bueno porque también conocemos lo malo.
- ¿Os acordáis de ese libro de Milan Kundera que tocaba este tema? – preguntó Silvia con la boca llena. Casi había terminado de devorar su bocadillo – ¡Ay!, no me acuerdo de cómo se titulaba... era muy largo...
- “La insoportable levedad del ser”. – Le apuntó Amanda cuando se dio cuenta de que no iba a recordarlo por sí misma.
- Eso. ¿Os acordáis de lo qué decía? – afirmaciones con la cabeza que no le impidieron continuar. - De lo de la dicotomía, de la atribución de bondad o maldad a cada uno de los contrarios.
- En eso es en lo que no estoy yo de acuerdo. Yo creo que cada cosa es única y diferente, por lo tanto contraria entre comillas a todas las demás. – Era la primera vez que Amanda se argumentaba este pensamiento, pero le gustaba. Comprendía perfectamente el concepto de lo que iba a decir, y estaba de acuerdo. - ¿Por qué lo contrario de lo bueno tiene que ser lo malo? ¿No lo serán también lo regular, lo neutro, lo muy bueno, lo excelente o lo mejor?
(Fragmento de la novela "Amanda erosionada")

domingo, 12 de julio de 2009

SUPERACIÓN

Erase una vez una maestra que les explicaba a sus alumnos que el éxito del buen maestro radicaba en conseguir que sus alumnos lo superasen.
.............
Emérita, en su camino hacia la puerta tras la celebración del triunfo, miró a su profesora de danza. Notó su leve pasiva oposición quizás temiendo que ella se decidiera a hablar de un momento a otro.
¿Para qué? Que se relajara, ya hacía rato que había decidido que iba a callar. Todavía le sobraba roja pasión para asegurarse de que todo lo que le dijera fuera objetivo, y quería ser certera.
Una persona inteligente sabe reconocer la inteligencia ajena, y Emérita se complacía en confirmarse que su profesora de danza lo era. No le apetecía rebatirla dándole así la calificación de "buena maestra", porque era evidente que este año Emérita había superado a su profesora de danza. Y ambas se habían dado cuenta.
¿Para que provocar una victoria?, hubiera sido fácil, pero le dolían los sentimientos que este triunfo le había costado. Ver como su profesora se negaba a ensayar completa la coreografía de parejas. Ella la recordaba, la profesora la había olvidado, y prefirió no hacerla antes que pedirle ayuda a Emérita , y con la excusa de la torpeza de sus compañeras bailarinas para más INRI. Miedo a escuchar la puesta en escena que Emérita había creado.
En realidad prefirió callar herida como estaba cuando sólo hubiera bastado una frase para aniquilar a un contrario digno:
- ¿Sabes?, me gustaba más mi versión.
Y ese era el problema, a su profesora de danza le faltaba dignidad.

miércoles, 24 de junio de 2009

NOCHE DE DESEOS


¡Cuántos deseos desperdiciamos de jóvenes¡
Sentimos nuestro corazón henchido de ideas filantrópicas y nuestros pulmones a punto de estallar hasta que vomitamos nuestra rabia. Deseamos cosas abstractas como la paz, la solidaridad, la felicidad, la justicia ... Y son deseos utópicos porque luchan contra los deseos de otras personas. ¿Quién decide qué intereses son prioritarios?, ¿Cuándo es justa la paz?. La felicidad de unos puede causar la desgracia de otros.
Jaime se sentía impotente en estos casos. Había visto a sus compañeros de facultad movilizados tantas veces en campañas, sentadas, manifestaciones pidiendo la paz, demandando la intervención bélica en apoyo de la paz, en contra de las drogas, a favor de la legalización de las drogas ... Muchas veces había pensado que la gente necesita rebelarse, discutir por discutir, tener rivales para disfrutar del placer de vencerlos. Ponerse continuamente a prueba para llegar a sentirse superiores.
(Fagmento de la novela "Deseos")

martes, 9 de junio de 2009

MÁS DANZA

"Danza Contemporánea", fotografía de Leticia Cabrada
Al otro lado de la línea telefónica la voz de Sara se extrañó de su tardanza.
- Pero, chica, ¿dónde estabas?
- En la peluquería, hacía días que necesitaba un tinte.
- Pues mira, hoy era el día indicado. Esta noche vístete guapa porque nos vamos de fiesta.
- Sara no, que no estoy para fiestas. Vamos, ni me parece indicado, que sólo hace un mes que ...
- A ver, Amanda, que no te estoy proponiendo que te corras una juerga. Lo que te estoy diciendo es que esta noche hay una función que me gustaría que vieras.
- Que te aseguro Sara que no tengo ganas de nada. Además no quiero dejar sola a Sofía.
- En eso ya he pensado. Angelito no tiene que ir a clase mañana, ya está de vacaciones. Irá a pasar la noche con su prima. Han estado haciendo planes para pedirse una pizza y ver una peli. Amanda, por favor, tendrás que volver a salir a la calle un día u otro.
- ¿Y qué clase de función quieres que vayamos a ver?
- Te gustará. Es una versión de “El amor brujo”, de Falla. Se trata de un homenaje a María Luisa Jiménez, ¿te acuerdas de ella?
- No, no recuerdo a nadie con ese nombre.
- Bueno, es que ya es una anciana. Fue directora del antiguo Círculo Cultural Medina de la Sección Femenina.
- Que no, que no. No creo que la conozca.
- Seguro que la has visto alguna vez porque también es clienta de Doña Rosa. Yo desde luego he coincidido con ella a veces. Ya me lo dirás esta noche cuando la veas en el homenaje. Es una mujer menuda, con moño blanco inmaculado. Anciana pero con garbo, ¿me entiendes? Que se le nota que los tiene bien puestos.
- ¡Ah, sí!, algo me suena.
- Bueno, pues resulta que fue artista allá por los años setenta. Bailaora de flamenco, y creo que también hacía sus pinitos cantando. No era famosa, pero sí muy apreciada entre los puristas. Estrella Torres, una nieta suya, va a representar uno de sus espectáculos con motivo de su octogésimo aniversario. Mira que cuesta decir la palabreja: “oc-to-gésimo”. – Amanda no decía nada así que Sara continuó. – Vendrá su familia que está esparcida por medio mundo. ¿Te acuerdas de Diana?
- ¿De quién?
- De Diana Torres. Estudiaba conmigo. Hizo periodismo. Una chica muy morena, bajita, muy guapa.
- No, no, creo que no la conozco.
- Pero chica, que tienes que acordarte, que solo tiene un año menos que tú, que en aquella época nos conocíamos todas en el colegio. ¡Ah, bueno!, ahora que me acuerdo, una tía suya comparte despacho con el abogado de tu compañía de seguros. María José Torres, habrás visto su nombre en la placa de la puerta. – El silencio al otro lado de la línea no confirmaba la información, Sara siguió hablando. – Desde luego, Amanda, no se en qué mundo vives. Se podría escribir un artículo sobre ti. “Como vivir toda la vida en Huesca sin saber quién es quien”. – Amanda no tenía nada que decir. Sara le preguntó con convicción. – ¿Vas a venir al espectáculo o qué?
No pudo negarse. Sabía que todos los planes habían sido tramados a sus espaldas. Sofía y su primo disfrutarían de una velada a solas, no la necesitaban ni agradecerían su compañía. ¿Y ella? Bueno, hacía un mes que se había quedado viuda. Hora era de saber cómo seguía el mundo de los vivos.
(Fragmento de la novela "Amanda erosionada")

lunes, 25 de mayo de 2009

JUEGOS FATUOS

Clip realizado con ilustraciones de la telenovela "JUEGOS FATUOS"

sábado, 2 de mayo de 2009

CRÓNICAS DEL ARTE

Nada más entrar en la cafetería, Ella lo vio. Imposible evitar pasar a su lado. Por un momento pareció que no iba a saludarlo, pero se detuvo el tiempo indispensable para estamparles dos besos a Él y a su novia holograma.
Desde la barra, la camarera le presentaba un botellín de coca cola suponiendo que iba a ser su consumición, Ella afirmó con la cabeza esbozando una leve sonrisa de satisfacción de clienta recordada. Mientras cumplía con los trámites del servicio, su mente analizaba inquieta la situación sabiéndose espiada, ¿dónde sentarse?. Un rápido barrido sin detenerse a escrutar no le devolvió la imagen de ningún rostro conocido, así que las opciones se limitaban a dos, ocupar una mesa en solitario, o sentarse a su lado. Optó por la menos mala, la que menos declaraba sus sentimientos.
La escena hubiera debido desarrollarse en estos términos:
Ella se sentaba decidida frente a Él, directa la mirada, y sin una sola pausa le espetaba:
- No me gusta lo que haces, desconfío de tus intenciones y me siento maltratada, No te creas que me place ver como utilizas a tu supuesta novia de dos baldas, porque es evidente que no le has mostrado la realidad de tu naturaleza.
Después hubiera mirado directamente a la chica y hubiera continuado su auto lacerante monólogo:
- Y tú, búscate alguien que te quiera y que se deje querer, que seguramente te lo mereces. Disfruta tu vida. – y de nuevo se dirigía a Él – y Tú vive la propia tuya de una vez.
La escena hubiera debido desarrollarse en estos términos y sin embargo, Ella se sentó anónimamente a su lado declarando su obvia soledad, cumplió sin entusiasmo su papel de intermitente contertuliano, mientras su mente paralela observaban el temario estratégicamente abandonado sobre la mesa y las demás evidencias de que no la iba a dejar en paz. El asedio de algún modo continuaba y a Ella empezaba a darle igual aunque todavía no había perdido la sensibilidad que la acercaba a las lágrimas. Sólo durante una breve pausa de complicidad sin testigos aprovechó para un dolido y sin respuesta, ¿Y Tú de qué vas?. Él continuó su charla banal con o sin intención de un yo qué me se, hasta que se marchó con su chica antigua.
Ella los miró caminar hasta la puerta de la cafetería, izó con garbo una silla hasta depositarla en el centro de otro grupo de tertulia, saludó su entrada, y el escenario cambió.

domingo, 12 de abril de 2009

UN SENTIMIENTO NUEVO

Un traicionero reflejo de luz me descubrió la incipiente opacidad de tus pupilas, constancia de que te estás haciendo viejo, y por primera vez, te eché de menos.
Te aseguro que no sabía que se podía añorar a alguien que sigue contigo como siempre.

martes, 10 de marzo de 2009

COHERENCIA FRUSTRANTE

Una habitación vacía en penumbra. En la pared frontal se levanta una puerta-ventana por la que se divisa el cielo. Dos personas comparten la escena, un hombre y una mujer deambulan por la habitación, unas veces lentamente, otras parecen fieras enjauladas.
El hombre acaba sentándose en el suelo al lado de la puerta, la espalda apoyada contra la pared. Su mirada baja muestra una impotente frustración.
La mujer continúa paseando. Mira de vez en cuando al hombre que le devuelve o no la mirada.
Los diálogos son escasos. Se escucha “en off” el derivar del pensamiento de la mujer mientras camina:

“La puerta-ventana nos lleva directamente a la libertad que ambos deseamos. Como única condición tenemos que estar de acuerdo en cruzarla juntos. ¿Quién complicó algo tan sencillo? ¿Por qué yo siempre tengo que decir la verdad, mientras que él está obligado a mentir sobre sus verdaderos sentimientos? ¿Por qué niega su deseo de buscar la libertad conmigo?
“Míralo. Se ha rendido, como si le pareciera imposible la solución, como si la libertad no le importara. Yo sé que es parte de su coherencia negativa. Tiene tantas ganas como yo de llegar a este hermoso cielo, tan cercano, al alcance de la mano, y tan lejano a la vez por la condición absurda que debemos vencer.”
“Yo sigo intentándolo. Ya le he preguntado en otros idiomas. Frustrante. No conseguimos entendernos.”
“Ójala me sirviera la música como en la película de “Encuentros en la tercera fase”. Será un código universal pero, ¿cómo utilizarla en esta situación?”
“Ulises sí que lo supo resolver cuando engañó a Polifemo diciéndole que se llamaba “Nadie”. Ninguno de los demás cíclopes fue en su auxilio cuando les gritaba: - Nadie me ha dejado ciego, Nadie me roba las ovejas.”
“¡Qué tontería! Esta historia tampoco me lleva a ninguna solución.”
“¿La ambigüedad de los oráculos? Morirás no volverás. Una predicción que nunca falla si sabes usar las pausas”
“¿Las matemáticas? A veces dos números negativos dan un resultado positivo.
(Sus caminar se acelera tanto como su pensamiento. La luz se abre en su mente):
“Dos negaciones pueden resultar una afirmación. La negación de una negación, mentir sobre una mentira.”
(La mujer sonríe porque ha hallado la solución. Se dirige directamente hacia el hombre y le pregunta en voz alta):
- ¿Qué me contestarás cuando te pregunte que si quieres cruzar la puerta de la libertad conmigo?
(Relato perteneciente a la colección "Finales felices")

miércoles, 11 de febrero de 2009

RESOLUCIÓN

Desierto de Namibia, fotografía de Silvia Giménez Franco
Este poema de estilo épico fue escrito como respuesta a tanta literatura que ensalza tardío y aventurero el regreso al hogar, olvidando a la que mientras tanto guarda y aguarda. 

Y Penélope apagó definitivamente la tricotosa. 
Había recordado que los besos de Telémaco 
hacía tiempo arañaban sus mejillas.

Junto a la puerta en el zaguán, 
donde el rincón de lo olvidado,
sin dueña mano tensora,
 quedose inútil un arco.

Y con decidida ironía, 
no exenta de amarga crueldad
 le dijo al polvoriento testigo
 de su impuesta soledad:

- Por mí, como si las higueras corrompen con sus raíces 
los muros de esta prisión de Ítaca
 y las arañas cubren con lienzos sus ruinas. 
Que las acacias imploren con brazos secos tu regreso, Ulises,
 que yo también quiero saber a qué huelen los mercados egipcios,
por ejemplo.

domingo, 1 de febrero de 2009

NOT IN THE MOOD

Cuando deseé ser más fuerte, me refería a la fortaleza afectiva de quién sólo resulta erosionado en la superficie por el evidente paso del tiempo, no a la fortaleza física más frivola aunque no menos importante de quien puede levantar bailarinas con menos esfuerzo.
En cualquier caso, agradezco el don recibido y corrijo mi error.

domingo, 25 de enero de 2009

UNO

Las cinco de la madrugada de un sábado cualquiera en un bar cualquiera. Sentada a una mesa al fondo del local una mujer parece dormida, sin embargo su cabeza ladeada cuelga inerte. Un joven se le acerca y le toca suavemente el hombro. Ella, sin moverse, contesta de mal humor:
- ¿Qué?
- Soy yo.
- ¿Y quién eres tú?
- La muerte.
La mujer sorprendida abre los ojos y mira directamente al joven. Despectiva comenta:
- Tú no puedes ser la muerte.
- ¿Por qué?
- La muerte es nombre de mujer y tú eres un hombre - lo mira de arriba abajo- y además muy atractivo.
El joven se ha ruborizado.
- No seas frívola, mujer. Créeme soy tu muerte.
La mujer ya no duda.
- ¿Qué haces aquí?
- He venido a buscarte.
- ¿Estoy muerta?
- Sí.
- ¿Qué me ha pasado?
- Demasiadas drogas y alcohol, mala combinación.
- ¡Ah, sí! Ahora recuerdo
La mujer parece resignarse a su destino, sin embargo una idea se abre camino en su mente aturdida por la embriaguez:
- Un momento, todavía no he visto el resumen de mi vida.
- ¿Qué quieres decir? - pregunta el joven sin comprender.
- Dicen que antes de morir toda tu vida pasa ante ti, y yo no he visto nada.
- No es más que un tópico.
- No me vengas con esas, todo el mundo lo sabe. Yo quiero mi resumen.
- Está bien - accede la muerte divertido. Era la primera vez que alguien le hacía una petición tan absurda - te complaceré.
Miles de recuerdos acuden a la mente de la mujer empezando por los acontecimientos más recientes. Son muy tristes, no en vano ella ha llegado hasta allí por el camino de la desesperación. El dolor le hace suplicar a la muerte.
- Déjalo. Ya tengo bastante. Llévame contigo.
- Espera mujer. La felicidad también ha estado presente en tu vida.
- No importa. Hace tiempo que olvidé mi pasado, y llevo demasiado tiempo viviendo un presente sin esperanza. Estaré mejor muerta.
- Sólo has tenido mala suerte al elegir tus opciones.
- ¡Mala suerte! - la mujer está enfadada, casi colérica - ¿Cómo puedes llamarlo así? Toda mi vida ha sido una dura prueba. He fracasado como hija, como madre, como esposa...
- Siempre hay una nueva oportunidad. Sólo se necesita fuerza para olvidar el pasado y poder afrontar el destino de no fracasarte a ti misma.
- ¡Déjame en paz! No me hables de fuerza. ¡Tú que te sabes! Vives tranquilo tu papel de muerte. Seguro que no has tenido que enfrentarte a nada en tu vida.
- Mujer, tus paradojas me confunden.
- Pues está muy claro. Sólo hay una verdad, la muerte siempre es una traición a la vida.
- No me hables de traición. Muchas veces antes te avisé, y tú seguiste arriesgando tú vida.
- Mi vida ya no tiene valor para mí. Cumple tu trabajo y no me des más la lata.
La muerte nunca se había encontrado con alguien así, tan obstinado en morir. Incluso los suicidas suplican una nueva oportunidad de vivir. Alguien con tanta determinación podría ser importante en la vida.
- Mira a tu alrededor mujer. ¿Crees que la vida de estas personas ha sido más fácil que la tuya?
Ella obedece a regañadientes. ¿Acaso puede hacer otra cosa? A esas horas de la madrugada sólo un puñado de “marginados sociales” apuran la noche en alcohol. Solitarios gregarios como ella misma. Ve desfilar ante sus ojos la vida cargada de miseria de los que sobreviven abandonados a sus errores, y se conmueve. ¡Es tan fácil ver la solución a los problemas de los demás!
- No llores, mujer. Ahora te acompañaré mientras recuerdas tus ratos felices. Después me iré y tardaré mucho tiempo en volver a encontrarme contigo. Despierta de tu pesadilla y encuéntrale un sentido a tu vida.
Cuando se repuso de su muerte, la mujer rescató su olvidada cámara fotográfica. Le iba a servir para denunciar el abandono, la violencia, la marginación, los abusos, para apoyar a las víctimas, a la vez que nunca dejaría de agradecer la bondad, la tolerancia, la solidaridad.
(Cuento perteneciente a la colección "Cuentos de amor y muerte", que a veces me recuerda las canciones de Pimpinela)