Hubo una época en la que en los tópicos debates de reparto de tareas domésticas, yo solía afirmar que era el hombre y la mujer de mi vida cotidiana. En una familia monoparental te corresponden todos los papeles de padre, todos los de madre, y todas las tareas supuestamente femeninas o masculinas.
Evidentemente este doble rol lo lleva a cabo todos ser humano autónomo, que controla sus quehaceres indistintamente de su género de origen.
El otro día mi hija me regaló esta foto, que me encanta y agradezco de mi yo masculino editado con una aplicación al uso. ¡Qué mono!
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