Una habitación vacía en penumbra. En la pared frontal se levanta una puerta-ventana por la que se divisa el cielo. Dos personas comparten la escena, un hombre y una mujer deambulan por la habitación, unas veces lentamente, otras parecen fieras enjauladas.
El hombre acaba sentándose en el suelo al lado de la puerta, la espalda apoyada contra la pared. Su mirada baja muestra una impotente frustración.
La mujer continúa paseando. Mira de vez en cuando al hombre que le devuelve o no la mirada.
Los diálogos son escasos. Se escucha “en off” el derivar del pensamiento de la mujer mientras camina:
“La puerta-ventana nos lleva directamente a la libertad que ambos deseamos. Como única condición tenemos que estar de acuerdo en cruzarla juntos. ¿Quién complicó algo tan sencillo? ¿Por qué yo siempre tengo que decir la verdad, mientras que él está obligado a mentir sobre sus verdaderos sentimientos? ¿Por qué niega su deseo de buscar la libertad conmigo?
“Míralo. Se ha rendido, como si le pareciera imposible la solución, como si la libertad no le importara. Yo sé que es parte de su coherencia negativa. Tiene tantas ganas como yo de llegar a este hermoso cielo, tan cercano, al alcance de la mano, y tan lejano a la vez por la condición absurda que debemos vencer.”
“Yo sigo intentándolo. Ya le he preguntado en otros idiomas. Frustrante. No conseguimos entendernos.”
“Ójala me sirviera la música como en la película de “Encuentros en la tercera fase”. Será un código universal pero, ¿cómo utilizarla en esta situación?”
“Ulises sí que lo supo resolver cuando engañó a Polifemo diciéndole que se llamaba “Nadie”. Ninguno de los demás cíclopes fue en su auxilio cuando les gritaba: - Nadie me ha dejado ciego, Nadie me roba las ovejas.”
“¡Qué tontería! Esta historia tampoco me lleva a ninguna solución.”
“¿La ambigüedad de los oráculos? Morirás no volverás. Una predicción que nunca falla si sabes usar las pausas”
“¿Las matemáticas? A veces dos números negativos dan un resultado positivo.
(Sus caminar se acelera tanto como su pensamiento. La luz se abre en su mente):
“Dos negaciones pueden resultar una afirmación. La negación de una negación, mentir sobre una mentira.”
(La mujer sonríe porque ha hallado la solución. Se dirige directamente hacia el hombre y le pregunta en voz alta):
- ¿Qué me contestarás cuando te pregunte que si quieres cruzar la puerta de la libertad conmigo?
El hombre acaba sentándose en el suelo al lado de la puerta, la espalda apoyada contra la pared. Su mirada baja muestra una impotente frustración.
La mujer continúa paseando. Mira de vez en cuando al hombre que le devuelve o no la mirada.
Los diálogos son escasos. Se escucha “en off” el derivar del pensamiento de la mujer mientras camina:
“La puerta-ventana nos lleva directamente a la libertad que ambos deseamos. Como única condición tenemos que estar de acuerdo en cruzarla juntos. ¿Quién complicó algo tan sencillo? ¿Por qué yo siempre tengo que decir la verdad, mientras que él está obligado a mentir sobre sus verdaderos sentimientos? ¿Por qué niega su deseo de buscar la libertad conmigo?
“Míralo. Se ha rendido, como si le pareciera imposible la solución, como si la libertad no le importara. Yo sé que es parte de su coherencia negativa. Tiene tantas ganas como yo de llegar a este hermoso cielo, tan cercano, al alcance de la mano, y tan lejano a la vez por la condición absurda que debemos vencer.”
“Yo sigo intentándolo. Ya le he preguntado en otros idiomas. Frustrante. No conseguimos entendernos.”
“Ójala me sirviera la música como en la película de “Encuentros en la tercera fase”. Será un código universal pero, ¿cómo utilizarla en esta situación?”
“Ulises sí que lo supo resolver cuando engañó a Polifemo diciéndole que se llamaba “Nadie”. Ninguno de los demás cíclopes fue en su auxilio cuando les gritaba: - Nadie me ha dejado ciego, Nadie me roba las ovejas.”
“¡Qué tontería! Esta historia tampoco me lleva a ninguna solución.”
“¿La ambigüedad de los oráculos? Morirás no volverás. Una predicción que nunca falla si sabes usar las pausas”
“¿Las matemáticas? A veces dos números negativos dan un resultado positivo.
(Sus caminar se acelera tanto como su pensamiento. La luz se abre en su mente):
“Dos negaciones pueden resultar una afirmación. La negación de una negación, mentir sobre una mentira.”
(La mujer sonríe porque ha hallado la solución. Se dirige directamente hacia el hombre y le pregunta en voz alta):
- ¿Qué me contestarás cuando te pregunte que si quieres cruzar la puerta de la libertad conmigo?
(Relato perteneciente a la colección "Finales felices")
2 comentarios:
Pies. Dibujo digital perteneciente a la colección "Anatomía narcisista"
oooh! qué intenso!
Publicar un comentario