Y de nuevo se me nubló la vista de la sierra frente a mi casa. Ayer, noche de esperanza porque las nubes se levantaron despejando el panorama, pero hoy al sol le siguen faltando fuerzas para asomarse a mi ventana, y el viento anda soplando, por no se donde, sin empujar estas nubes bajas al olvido.
Cuando era niña mi madre me reprochaba a veces - Tú es que tienes espíritu de contradicción - se quejaba de mi forma de ver las cosas. Me gustaría poder decirle que mi presente puede que sea mejor porque, mucho antes de empezar a perder estrógenos, ver al revés que los demás me llevó a sustituir como producto sano los AJOS por la SOJA. Así se que la "niebla mental" lo tendrá más difícil conmigo, y que si a veces no se qué día es, no es porque esté desorientada, es porque vivo libre de calendario.
Tampoco vivo en las nubes. Se que solo la pereza me lleva a soportar la molestia dolorosa de mi hombro o mi muñeca, porque apenas un cuarto de hora en coche me llevarían a subir a ese norte de auténtica Sierra que permite sobrevolar la niebla.
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