Cuando una pandemia anda revolucionando mi vida, día a día, bulo a bulo, me resulta necesario repasar mis escasos conocimientos de biología investigando todo lo que encuentro al respecto que me resulta comprensible.
Vivo en una ciudad acorde con el relativamente reciente movimiento que da a conocer y reivindica el papel de la mujer en el avance histórico, no solo de todas las Ciencias
Huesca, desde hace ya varios años, cuenta con una exposición permanente en memoria de cuarenta mujeres científicas del pasado y actuales, añadiendo a sus datos identificativos biográficos un breve apunte informativo considerando el agradecimiento que la Humanidad les debe.
La exposición se plasma en placas metálicas tamaño folio, la mitad de las cuales recorren parte de los muros de piedra enrejada situados en el Parque de la Universidad. La otra mitad se asientan en los respaldos de los bancos minerales que bordean la plaza esférica del Parque de las Miguelas. Entre estas placas destaco la que nos recuerda a:
HYPATIA de Alejandría
Considerada la primer mártir de la Ciencia. Su muerte a manos de una turba de cristianos fue espeluznantemente cruel. Desollada con armas-herramienta fabricadas con conchas de mejillones.
¿Por qué tan espeluznante martirio?
¿Por llevar una vida ascética dedicada al estudio de la Filosofía, la Lógica, las Matemáticas, la Geometría, la Astronomía?
¿Por mejorar el diseño del astrolabio utilizado para observar las estrellas?
¿Por inventar el densímetro, un muy sencillo instrumento que, sin embargo y sin ningún otro dato necesario, permite determinar la densidad de los líquidos?
No nos engañemos, todos sabemos la respuesta. Su crimen viene decretado por el "pecado original" de sexo femenino. De sobra sabemos que a lo largo de la Historia, La Iglesia y por ende el Estado siempre ha considerado muy peligrosa y, evitable a toda costa, la unión de mujer y cultura.
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Escribí hace un año esta entrada en mi blog, tal día como hoy de celebraciones y desengaños de Lotería. Se veía inminente la inoculación de las vacunas contra el virus COVID-19 y yo necesitaba saber al respecto.
Hoy la edito de nuevo para anotar los conocimientos que mi mente de filóloga ha conseguido comprender como ciertos.
He dejado de lado la información recibida a través de los medios populares de comunicación por resultarme ambigua, de veracidad dudosa y manipulable.
Me he limitado exclusivamente a un proceso de investigación en diferentes enciclopedias científicas, partiendo de palabras de diccionario concretas que consideré claves, del tipo de virus, vacuna, proteína, inmunidad, linfocito y un etcétera de vocablos a los que me iba dirigiendo y derivando mi investigación
Son pocas las conclusiones a las que he llegado que yo pueda afirmar como ciertas tratándose la biología de una disciplina tan lejana de mi formación filológica. Mis únicos instrumentos han sido mi inagotable curiosidad y la lógica.
Hasta ahora esta investigación inacabada y en continuo proceso, dejando de lado cualquier información no referida directamente al tema vacunas, me ha llevado a comprender e interpretar en mi lenguaje lo siguiente:
- que un virus es una partícula, que no una célula, que para replicarse necesita invadir las células de otros organismos.
- que los virus son partículas genéticas del tipo ADN y ARN, ácidos que sabemos presentes en cada una de las células del cuerpo humano.
- que los virus viajan envueltos en una cápsula proteínica.
- que los coronavirus sueltan proteína S, que es una molécula que actúa como una llave, adaptándose a las células y permitiendo el paso del virus causando así su infección.
- que no para todos los virus se ha descubierto vacuna. Son mas de tres décadas las que se llevan intentando descubrir sin éxito una vacuna para el virus del SIDA, por ejemplo.
- que las cinco vacunas admitidas en nuestro país pertenecen a tres grupos distintos referidos a las diferencias formativas de los virus.
- que las vacunas hasta la fecha administradas pertenecen a dos tipos genéticos diferentes, que pretenden crear anticuerpos que neutralicen la proteína S del coronavirus.
- en primer lugar las vacunas procedentes de laboratorios europeos y que ya han dejado de administrarse son adenovirus. Es decir se introduce una parte mínima del ADN coronavirus en el de otro virus tratado genéticamente para que no pueda replicarse ni introducirse en nuestro ADN, Al inyectarse se pretende que nuestro organismo produzca anticuerpos que localicen y neutralicen la proteína vírica S del coronavirus cerrando así la llave de paso.
- En segundo lugar las vacunas procedentes de laboratorios estadounidenses que son las inoculadas en la actualidad son las llamadas de ARN mensajero. Es decir se introduce la infección en el ARN de un mono, por ejemplo, así mismo modificado para no ser nocivo para nuestras células. Este ARN crea anticuerpos anti proteína S, que al ser inyectados en nuestro organismo le enseñaran a formar anticuerpos propios.
- que nuestro organismo aprenda a producir anticuerpos a partir de los ya inyectados en mi opinión está por demostrar todavía en ambos casos
- La tercera vacuna, todavía sin ser suministrada, es una vacuna tradicional de la que apenas hay información. Se inyecta directamente en nuestro organismo esa proteína S coronavirus tan debilitada que no pueda causar daños pero si alertar a nuestro organismo para crear anticuerpos.
Y hasta aquí puedo contar. No se si esta información ayudará a nadie, pero haberla procesado me llena de orgullo de aprendiza de biología.
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