Una mañana fría del mes de Enero me di cuenta de que mis despistadas plantas se habían confundido de Santo.
A ver cómo les explicaba yo que los lirios florecen para San Jorge, que no para San Vicente. Sabía que si les hablaba de Santos, no me iban a entender por muy festivo que fuera el tema, pero es que si les hablaba del cambio climático tampoco.
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