17 de Julio de 2023
Ayer la ermita de San Miguel lucía estandarte onomástico de la Virgen del Carmen.
Hace cosa de un lustro, en fecha como la de ayer, se me ocurrió la idea de asistir a la especial misa vespertina celebrada por el obispo, ya cantada por la Coral de la ciudad.
Ni mucho menos cumplió mis expectativas artísticas, pero me permitió visitar la ermita por dentro, que nunca antes había estado, que yo recuerde.
Al terminar el oficio, me entretuve en contemplar estatuas y cuadro. No identificaba el Santo de un pequeño cuadro sobre la puerta de la sacristía y me acerqué a preguntarle a un elegante sacerdote, que se alivió perceptiblemente al poderme proporcionar el dato que su memoria tardaba en recordar. Era San Elías.
Esa tarde, tras investigación informática, descubrí que la orden de las Carmelitas nada tiene que ver con el Virginal nombre Carmen, sino con el Monte Carmelo situado en la actual Israel.
Paraje que cuentas historias fantásticas de amor y venganza, de la malvada Jezabel, del cruel rey Acab, y por supuesto del protagonista indiscutible, del profeta Elías, personaje controvertido que en un alarde de efectos especiales, ascendió a los cielos en un carro de fuego.
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