sábado, 22 de enero de 2022

PARA SAN VICENTE, PATATA CALIENTE

Si hay una cuesta que represente en mi opinión al mes de enero oscense es la Costanilla Lastanosa. Ya que a media altura y en dirección a ningún sitio la cruza una sobria galería, a la que solo se asoma un Santo.
Vicente de nombre, diácono de profesión y mártir de fallecimiento al igual que su contemporáneo colega Lorenzo, a quien por alcanzar mayor renombre e importancia de cargo en su época, se le conmemora con más fiesta y jolgorio como patrón mayor de esta urbe.
Sentido tiene que en las fiestas Laurentinas, al ser de celebración estival, el martirio de hoguera se recree solamente con una parilla gigante que se cubre con las flores que van llevando los fieles en procesión.
San Vicente es un patrón menor de la ciudad y su conmemoración se reduce a festividad de día y medio con actos entre los cuales si se enciende una hoguera. Podría ser por el frío, pero va a ser que no.
Cuando yo era niña era una lectora empedernida que devoraba toda lectura a mi alcance. La biblioteca de la que me surtía, a falta de más libros familiares, era la de la parroquieta anexa a la Catedral, y en una ocasión el párroco harto de mi y sin tener ya que ofrecerme, me prestó el primer tomo del Santoral Católico, que incluía los meses de Enero y Febrero. Cuando se lo devolví dirigió mis pasos hacia la biblioteca provincial infantil "Blancanieves" de la que aún guardo el carnet, seguramente porque con buen juicio decidió que ese santoral lleno de muertes atroces por martirio no era lectura apropiada para una niña de mi edad. No guardo traumas de aquello, al fin y al cabo a los protagonistas de los cuentos de hadas no les iba mucho mejor. Pero bueno, a lo que iba.
Según la tradición oscense, el martirio de San Vicente es poco concreto. Dicen que lo ataron a una piedra de molino y lo tiraron al mar. Entonces ¿de qué murió? ¿ahogado? ¡Pues vaya martirio light!. Yo recordaba de mis lecturas una parrilla para él también, así que me he documentado. 
Sí que lo ataron a una piedra que giraba, en concreto se llamaba catasta, donde le hicieron mucho mucho daño. También lo arrimaron a las ascuas como a las patatas que se comen en su honor, pero el que tenga morbo de conocer mas detalles, que se documente como yo, que para describir asesinatos ya está la televisión.

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