miércoles, 18 de marzo de 2020

ESTADO DE ALARMA


No soy de aplaudir, soy más de felicitar de palabra o de lanzar un bravo, bravo. Golpear una mano contra la otra me parece agresivo, incluso puede llegar a doler.
Tampoco soy de dinámica de grupos cuando se trata de obedecer órdenes insulsas en grupo, he participado en muchas en mi formación académica y pongo alto el listón. Prefiero las juegos con amigos, me divierten aunque las acciones a reproducir sean ridículas.
Sin embargo reconozco que, aunque el primer día no participé, el domingo me emocioné, así que llevo dos tardes saliendo a la terraza a las ocho de la tarde a aplaudir con mis vecinos. Y es una acción que conlleva cierto grado de valentía, que menos mal de la intimidad de la todavía semi oscuridad vespertina, porque en mi terraza estoy yo sola y por diseño arquitectónico las miradas de un enorme edificio de doce plantas convergen en mi dirección a unos veinte metros de distancia..
Estoy segura de que a la mayor parte no los conozco aunque me habré cruzado con ellos en muchas ocasiones en la calle y en las tiendas. Me dan ganas de saludarles, se que si levanto un poco la voz me oirán, preguntarles qué tal están, agradecerles que estén allí.
No se que pasará cuando la luz del día avance y nos veamos las caras. Pero me divierte pensar que podría ser que recicláramos la costumbre, no tan lejana en el tiempo,de disfrutar la vecindad de nuestro barrio en conversaciones de ventana y balcón.

1 comentario:

Margarita Franco Sanagustín dijo...

Jorge en el Retiro, dicujo digital perteneciente a la colección "Otros personajes"