Metida en mi rol de disfraz carnavalesco elaboré mi conjuro de bruja que no quiere ser malvada por miedo a las consecuencias.
Conjuro que puedo lanzar impune a cualquiera, ya que el posible daño no afecta al receptor, pero queda en la traición de su suposición.
Pon en el puchero sapos y culebras,
manzanilla vieja y podrido laurel,
que de los dos el que pierda,
siempre será él
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