lunes, 9 de diciembre de 2024

ORNITOLOGÍA

Esta mañana, a mi ventana, ha llegado un pajarito.
Era muy joven, he observado un trío de plumitas amarillas que todavía conservaba en la base del pico, por lo que no me tenía miedo.
Debía de estar cansado y se ha quedado en mi maceta, parecía dormido. Lo he dejado descansar, no tenía ninguna intención de entorpecer la labor de rescate que, sin duda, sus padres emprenderían.
Al rato ha llegado un hermanito, más ligero se ha quedado en el pretil de la galería. Deben de vivir en mi tejado y quizás este fuera su primer vuelo.
El segundo pajarito ha saltado unos pasos de carrerilla decidida y ha emprendido el vuelo siguiendo el el sonido del piar que lo reclamaba. El segundo, ya despierto, continuaba reposando en mi maceta.
Al rato ha llegado el padre con autoridad, pero ha huido al verme.
Por el rabillo del ojo, sin apartar la mirada de la pantalla de mi ordenador, observaba los revuelos adultos en inútiles intentos de acercamiento. Por mucho que me fastidiara he apagado el PC, yo sobraba en esa habitación si quería que la aventura tuviera un final feliz.
Había pasado más de una hora cuando he salido a la galería para ver el estado de mis plantas, y para mi sorpresa todavía estaba allí el pajarito, que ya había olvidado, acurrucado en el suelo.
Me he decidido a actuar, no estaba dispuesta a esperar que se solucionara un asunto que el paso del tiempo solo podía empeorar por hambre, sed, y cansancio. Le he echado encima el trapo de la cocina, lo he recogido con suavidad, y lo he depositado en el tejado lateral izquierdo, a la sombra. Desde allí sería más fácil que lo rescataran.
No ha hecho falta, el pajarito en seguida ha emprendido vuelo sin problemas hasta la copa de los sauces del jardín.
No se si habré hecho bien o mal, todavía me lo pregunto, preocupación innecesaria que me persigue a pesar de que que ya hace rato que he concluido que, si tenía fuerzas para volar ligero hasta los árboles, también la tendría para acudir a la llamada paterna.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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