El futbolín es sin duda mi deporte favorito. Lo practico cuando quedo con mis amigos los fines de semana. Evidentemente en horario nocturno y acompañada de rock and roll y vicios, que van mermando mi puntería según avanzan las partidas.
Me gusta jugar en la delantera, consiguiendo mejoras que me aportan satisfacción, pero reconozco que juego mejor en la defensa.
Tiene lógica. Este deporte necesita coordinación entre ambas manos, y es más fácil en la portería porque los jugadores que manejas son solo cuatro y las barras están juntas.
Aprendí pronto a controlar los pases, aunque siempre queda el riesgo de liar un gol en propia meta.
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