viernes, 24 de septiembre de 2021

CUMBRE VIEJA


 Temprana era aún la tarde de ayer cuando encendí la televisión y me sorprendió esta impresionante imagen.
 Anunciaban que un nuevo volcán había entrado en erupción en la isla de La Palma acompañando al primero, que vomita lava desde hace cuatro días.
 Lo primero que me vino a la mente fue un cierto paralelismo con el desastre del derribo de las Torres Gemelas, ocurrido hace veinte años.
 Me recordé en esa tarde adormilada en el sofá y contemplando en directo una noticia que parecía una película de ciencia ficción, sin tener muy claro si era real lo que estaba viendo.
 Enseguida empecé a divagar teniendo que aceptar la evidencia, que me cuesta admitir, de que la vida cotidiana transcurre en ciclos que se van repitiendo, como un disco LP que gira avanzando en el surco pero pasando siempre por los mismos puntos del circuito. Movimiento orbital del Universo.
 No me gusta esta idea que me ha llamado la atención con demasiadas coincidencias como para no tenerlas en cuenta, pero que me lleva a la conclusión de temer tantos desastres, programados de antemano, que pueden suceder a lo largo de mi vida. Prefiero creer que me espera un futuro desconocido, plagado de sorpresas, que no de sustos.

 Hoy la situación ha cambiado. 
 Resulta que no es que haya nacido un nuevo volcán, sino que se ha abierto una nueva chimenea del mismo aunque a kilómetros de distancia. No solo eso, sino que dos nuevas chimeneas se han añadido a las anteriores y ya son cuatro. 
 Mucho engañaba el cráter conocido de Cumbre Vieja acerca de la inmensidad ígnea que escondían sus entrañas, como punta de iceberg flotando a la deriva en la inmensidad del océano. 

 No quiero derivas de pensamiento, hoy me apetece mucho más entretenerme con lo concreto. Casandra prefiere no asustar y equivocarse.   

No hay comentarios: