martes, 23 de junio de 2020

¿PROPÓSITO DE ENMIENDA?


El otro día vi por error un documental sobre las barbaridades que se cometen en granjas industriales y mataderos. Escalofriante. Y he dicho por error, porque tengo muy claro que mi aparato digestivo no es de herbívoro, la mayor parte de verduras y hortalizas me producen gases y malestar, menos mal que la fruta no, porque desde ese triste día del documental, las bandejas de carne en exposición en los supermercados, me producen inapetencia y horror, no dejo de ver las barbaridades que me llevaron a las lágrimas, y hace días que no me como una chuleta con lo que me gustan.
No es que me haya vuelto vegetariana, os lo aseguro.
No es que haya cambiado de opinión y no siga creyendo que la granja es la meta por excelencia de sostenibilidad, 
Sigo creyendo que los sentimientos, por arbitrarios y antinaturales, son el mayor lastre con que hemos acompañado la evolución.
Sigo creyendo que el ser humano somos plaga arrasadora en el planeta.
Sigo siendo la primate que pilla lo que está a su alcance, no renuncio a la leche y a los huevos. Mi razonamiento, de momento, me permite comer por inferiores en escala evolutiva, aves y ovíparos en general, peces, moluscos, crustáceos, etc...
Lo más triste es que se que es probable que, si sigo así de sentimental, acabaré por no comer cualquier ser vivo que no sea capaz de matar con mis propias manos o herramientas, pero en el fondo de mi ser, me duele la renuncia.

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