Hoy mas de dos docenas de aviones militares han cruzado el cielo de mi ciudad. Volaban muy bajo, no querían pasar inadvertidos, sino dar claras muestras de poderío.
Desde una terraza de ático de la calle Zaragoza se acuchaban, espero que irónicos, vítores y aplausos.
Yo en lo primero que he pensado ha sido en lo distinto que hubieran sonado estos motores si hubiera vivido en Ucrania, en Yemen, en Mali ...
Después he estado pensando que quizás en este reino nos estén enseñando cómo enfrentarnos a la crisis económica mediante el desconsiderado derroche de combustible.
Desde luego no es justificable desde la expresión que aprendí ayer "hacerlo por uebos", que se escribe así porque no hace referencia a atributos, como parece, sino que uebos es un arcaísmo que significa necesidad.
Hablando en serio mentiría si no dijera que lo primero que he sentido no llegaba a miedo pero si era alarma.
Desde niña me producen temor irracional los sustos producidos por cohetes, petardos, portazos, campanadas y otros tipos de sonidos fuertes que me sobresaltan desprevenida. Cualquier ruido que provenga del cielo tiene muchas posibilidades de atemorizarme.
Y puesta a confesar miedos, es una buena ocasión para contar uno que me ha rondado la mente estas semanas en las que ha habido momentos, todavía no descartados, en los que parecía posible que nos viéramos embarcados en una nueva guerra paneuropea.
Sostengo la teoría de que el paso del tiempo no es lineal, por lo que presente, pasado y futuro conviven espacios mentales cuyo conocimiento no es evidente ni dominado por nuestro consciente diario.
Creo que esto ocasiona que a veces las consecuencias relativas sucedan antes que los antecedentes que las causaron.
Un ejemplo:
La mala suerte de un claustrofóbico que un día se queda encerrado en un ascensor pasando las horas más angustiosas de su vida, yo creo que podría ser que esa persona fuera claustrofóbica porque un día iba a quedarse encerrada varias horas en un ascensor.
Por eso a veces temo, y ojalá me equivoque, que tengo tanto miedo a los ruidos fuertes porque algún día viviré una guerra. Por eso me alivia y tranquiliza cualquier recuerdo que podría evidentemente haberme causado ese miedo tan arraigado en mi carácter
1 comentario:
Pues el dia 28 de Mayo , mas verguenza ajena y tristeza , que temor. "Jodo"
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