Erase una vez una maestra que les explicaba a sus alumnos que el éxito del buen maestro radicaba en conseguir que sus alumnos lo superasen.
.............
Emérita, en su camino hacia la puerta tras la celebración del triunfo, miró a su profesora de danza. Notó su leve pasiva oposición quizás temiendo que ella se decidiera a hablar de un momento a otro.
¿Para qué? Que se relajara, ya hacía rato que había decidido que iba a callar. Todavía le sobraba roja pasión para asegurarse de que todo lo que le dijera fuera objetivo, y quería ser certera.
Una persona inteligente sabe reconocer la inteligencia ajena, y Emérita se complacía en confirmarse que su profesora de danza lo era. No le apetecía rebatirla dándole así la calificación de "buena maestra", porque era evidente que este año Emérita había superado a su profesora de danza. Y ambas se habían dado cuenta.
¿Para que provocar una victoria?, hubiera sido fácil, pero le dolían los sentimientos que este triunfo le había costado. Ver como su profesora se negaba a ensayar completa la coreografía de parejas. Ella la recordaba, la profesora la había olvidado, y prefirió no hacerla antes que pedirle ayuda a Emérita , y con la excusa de la torpeza de sus compañeras bailarinas para más INRI. Miedo a escuchar la puesta en escena que Emérita había creado.
En realidad prefirió callar herida como estaba cuando sólo hubiera bastado una frase para aniquilar a un contrario digno:
- ¿Sabes?, me gustaba más mi versión.
Y ese era el problema, a su profesora de danza le faltaba dignidad.
3 comentarios:
Siempre me resultó curiosa la relación existente entre profesor y alumno en el mundo de la danza. No obstante, más bien habría que decir la relación maestro y discípulo. Me es fácil ver que entre ellos hay una especie de lealtades que hace dificil, o por lo menos diferente a lo convenido, a lo tácito en otras instituciones educativas, la propia relación. La misma persona que te enseñó los rudimentos de la danza es la misma que te ve crecer y convertirte en adulto. No es extraño pensar que entre ambos hay más que un mero trasvase de conocimientos. Los mestros de danza ven crecer en conocimientos, destrezas y desarrollo biológico, a sus discípulos, y éstos a aquellos también, pero en sentido inverso: cada vez menos ágiles, cada vez más viejos. Y me pregunto si esta inversión es aceptada de buena manera. Sobre todo por el maestro, que, no lo olvidemos, te enseñó tu primera "quinta“.
Superación. Dibujo digital perteneciente a la colección "Sentimientos"
Rafael, en este caso concreto, La "Emérita" era la alumna, de ahí lo excepcional del caso.
Por lo demás, muy de acuerdo contigo.
Cosas del magisterio.
Publicar un comentario