martes, 2 de diciembre de 2025

CUCHI-CUCHI

A mi terraza se acercó una linda gatita cuchi-cuchi.
Noche importante para ella, por su caminar inseguro y su pequeño tamaño, deduje que era su primera escapada nocturna aprovechando el descuido de alguno de mis vecinos de tejado.
Me hizo un rato de compañía con gesto evidente de querer pasar al salón. Por un momento sopesé la idea, pero le di de comer paté de salmón, le di de beber agua, y le dejé bien claro que no iba a entrar a la casa.
Ella se quedó mirándome desde el alfeizar, no se atrevía a saltar al suelo que tanto le apetecía. Cuando apuntaba pose de querer intentarlo, yo la disuadía con un rotundo NO. Tardó un rato en rendirse, y al final se fue por donde había venido, de vuelta a su hogar.
Yo seguí contemplando mis lunáticos pensamientos mirando esa cara que siempre está allí, apuntando altiva su nariz al orbe. Cabalística coincidencia de tiempos de rotación y traslación que consigue que un movimiento compense al otro y pueda estar allí como siempre, igual.
A veces me parece que estoy viviendo el mismo día, y desde luego la noche lunar lo es. 

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